miércoles, 20 de enero de 2016

Estampas de Castilla: El ferrocarril Valladolid-Ariza


EL FERROCARRIL VALLADOLID-ARIZA

La línea ferroviaria Valladolid-Ariza vertebró parte del movimiento de viajeros y mercancías del centro de Castilla, uniendo el este con el oeste de la región a través del corredor del Duero, y ésta con una línea de mayor importancia como la Madrid-Zaragoza a la altura de Ariza. Algo fundamental ya que en España siempre se ha promovido las vías de comunicación norte-sur, olvidándose de las transversales.

En el siglo que estuvo hábil no conoció la electrificación y desde su nacimiento ya tenía su parte de defunción servido, pues apenas conoció inversiones que posibilitaran un uso cómodo y rápido. Eso sí, barato el boleto sí que lo tuvo que ser, a tenor del dicho que el gracejo popular acuñó: "Entre Langa y Berlanga, este tren es una ganga...".


Aunque conoció momentos de esplendor como cuando se decidió incluir el moderno TER Salamanca-Zaragoza dentro de la línea, o el Expreso Shangai La Coruña-Barcelona, una mano negra siempre se cernió sobre esta importante obra civil: ni conoció actos públicos en la inauguración de la nueva línea, allá por el 1895, ni al día se hoy ha cuajado ningún proyecto turístico o cultural que pudieran permitirla una segunda vida, a pesar de la belleza paisajística y prolijidad monumental del entorno por donde discurre.

Poco a poco las estaciones y apeaderos van arruinándose; ya no hay más que broza cubriendo el balasto, zarzas enmarañadas ocultando las traviesas y orín comiéndose el fierro; los postes y cableado que alguna vez llevaron telegrafía ya solo sirven de apoyaderos de cernícalos y ratoneros... Pero no hay nada más especial en ello; para los que vivimos en esta tierra no nos coge de nuevas, donde todo lo que nos rodea es decrepitud, languidez y a veces desolación.


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